CERVICALGIA AGUDA y CRONICA.
Es una de las lesiones más incapacitantes y uno de los motivos que más visitas produce en los centros clínicos, y en fisioterapia. Dadas las condiciones de trabajo y vida, son numerosas las personas que padecen, o han padecido, lesión o dolor en la columna cervical. Sobre todo, en aquellas personas que están mucho tiempo delante de un ordenador o sentadas sin darse cuenta en la forma que lo están.
Cervicalgias (aguda y crónica)
Cervicalgia aguda (tortícolis): aparece de forma repentina, dolor incapacitante que limita la movilidad cervical, y por lo tanto la mayoría de las actividades de la vida diaria, como por ejemplo conducir, o estar sentado mirando a una pantalla.
Es usual que el dolor aumente progresivamente en el tiempo tras el acontecimiento lesivo.
Tras la primera sesión de fisioterapia es habitual que mejore la movilidad cervical, y percepción del dolor por parte del paciente, capacitándolo para retomar varias de sus actividades diarias.
Cervicalgia crónica: Es una entidad caracterizada por disturbios más allá de la zona lesiva, ya que existen factores que mantienen la percepción de dolor del paciente, por ello hay que realizar un minucioso diagnóstico clínico para averiguar los factores que impiden la resolución del dolor, y otros síntomas asociados como:
- Déficit de la movilidad.
- Cefaleas.
- Vértigos, mareos.
- Alteración del control motor muscular voluntario.
- Dolor irradiado hacia otros segmentos (Hombros, brazos, tronco).
Importante su diagnóstico y rectificación, sobre todo mediante control médico que incluya una radiología de la zona cervical para visualizar algún otro tipo de patología como rectificación lordótica que confirmaría el proceso, u otros tipos de alteraciones como artrosis, protrusiones discales etc.
La columna cervical está compuesta por 7 vertebras, formando una curva fisiológica, la cual nos proporciona estabilidad del raquis cervical, nos sirve de sostén de la cabeza con todas las funciones neurológicas que conlleva.
La rectificación de la lordosis cervical no es otra cosa que la pérdida o la disminución de esta curva. La manera más fácil de diagnosticarla es mediante una radiografía, como ya hemos comentado.
Es un problema muy habitual entre la población, puede producirse por numerosas causas, entre los que podemos destacar:
- Malos hábitos posturales
- Estilo de vida sedentario
- Postura inapropiada del uso del teléfono móvil
- Esguinces cervicales secundarios a accidentes de tráfico o traumatismos
- Contracturas musculares o falta de potencia muscular
- Desgaste por artrosis y pérdida de la altura del disco.
Síntomas:
- Cefaleas o dolores de cabeza causados por la aparición de puntos gatillo.
- Mareos o sensación de inestabilidad, debido al aumento de presión de los vasos sanguíneos
- Contracturas musculares severas en el raquis cervicodorsal
- Desgaste prematuro de las articulaciones cervicales, en especial en los discos inferiores
- Adormecimiento de los miembros superiores.
Tratamiento:
El tratamiento contiene diferentes elementos: se puede fijar la columna mediante un collarín, tratamiento farmacológico mediante analgésicos, antiinflamatorios y diazepam que es un buen miorrelajante; y siempre hay que pensar en la fisioterapia, como elemento prínceps, que es diferente según la sintomatología que presente el paciente.
Entre las técnicas a realizar destaca la termoterapia, el masaje y terapia manual, la punción seca, estiramientos, fortalecimiento muscular, ejercicios específicos, técnicas inhibitorias, etc.
SILLA ERGONÓMICA QUE MANTIENE LA COLUMNA RECTA.
Prevención:
Es importante tomar conciencia de una buena higiene postural correcta.
Este es el elemento preventivo más importante para evitar recaídas y constantes problemas de atención, concentración y de trabajo junto con los malestares que la cervicalgia puede acarrear.